DOCE HOMBRES SIN PIEDAD (1957)

Twelve angry men. USA. 1957. Director: Sidney Lumet. Guionista: Reginald Rose, basado en su propia historia para televisión. Productores: Henry Fonda y Reginald Rose. Fotografía: Boris Kaufman. Música: Kenyon Hopkins. Intérpretes: Henry Fonda, Lee J. Cobb, E.G. Marshall, Jack Warden, Ed Begley, Martin Balsam, John Fiedler, Robert Webber, Joseph Sweeney. 96 min.

Finalizamos esta ronda de películas de juicios con otra gran película del maestro Lumet, en este caso su ópera prima, la famosa Doce hombres sin piedad. Un jurado se reúne a puerta cerrada tras asistir a un juicio sobre el que deben dictar sentencia en un caso de asesinato. Todos los miembros abogan por declarar culpable al acusado, salvo uno de ellos que tratará de cambiar el criterio de los 11 miembros restantes.

La cinta se muestra muy original dentro de un género del que se han rodado cientos de películas, ya que nos enseña una cara hasta el momento oculta en este tipo de filmes que es la deliberación de un jurado. Además existe el aliciente de que el espectador no asista al juicio, por lo que toda la información que recibimos acerca del caso sale de las conversaciones que se mantienen en la sala. Hasta ahora este era un terreno vedado al espectador y Lumet nos sumerge en el de un modo muy realista aunque también bastante efectista.

La película es un prodigio de planificación, ya que no se le puede sacar más partido a un decorado tan reducido como es la habitación cerrada en la que el jurado delibera más un pequeño cuarto de baño anexo a la sala. La cámara se sitúa en todos los lugares posibles, siguiendo con gran acierto a cada uno de los intervinientes y añadiendo dramatismo a las diferentes réplicas. Podría decirse que es una obra de teatro filmada ante lo sencillo del decorado y la importancia de los actores, pero la cinta nunca da esa sensación sino que más bien nos recuerda al estilo televisivo del que provenían director y guionista. Además hay que resaltar la enorme importancia que tienen algunos de los elementos ajenos a la trama, como el enorme calor que padecen los protagonistas, el potente chaparrón veraniego que les sorprende con las ventanas abiertas, el ventilador que no funciona, etc.

Lejos de aburrir, el guión consigue mantener la atención del espectador en todo momento con continuos golpes de efecto perfectamente dosificados. Bien es cierto que los argumentos que se van esgrimiendo a favor del acusado están un poco cogidos por los pelos (la testigo es miope, pasa un tren por delante, el otro testigo va arrastrando una pierna…) y están presentados con un dramatismo algo exagerado como en el tema de la forma de apuñalar o en el paseito que Henry Fonda se da simulando una cojera, pero Lumet consigue que el espectador acepte las reglas del juego y se sumerja en el acalorado debate disfrutando de cada minuto.

El elenco de actores se muestra soberbio, con un Henry Fonda impecable en su interpretación de un personaje con una capacidad de convicción del resto de sus compañeros que asusta. El resto del reparto está a un gran nivel, interpretando a personajes con los que nos familiarizamos rápidamente gracias a sus personalidades simples pero bien definidas. En particular destacaría al anciano que interpreta Joseph Sweeney, un personaje entrañable que resulta decisivo en las primeras fases del duelo verbal.

Siempre he cuestionado los jurados populares tan de moda en la sociedad americana y tras el visionado de esta cinta aún me reafirmo más en mis convicciones y doy gracias por no haber tenido que participar nunca en un show semejante. Da pavor que una cuadrilla como la que Lumet nos presenta tenga que decidir sobre la vida de una persona, sobre todo si consideramos que el personaje menos realista es el que consigue dar sentido común al resto y cambiar el veredicto final. Y eso que Lumet en ningún momento arremete contra el sistema judicial americano.

Lo mejor: El arranque, con el plano corto del rostro del joven acusado, y el final, con el plano largo del jurado diluyéndose en la gran ciudad.

Lo peor: Que si se rodase hoy tendría varios giros inesperados, indeseados e innecesarios en su recta final.

Valoración (de 0 a 5): 4,5

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